Ayudamos a los niños a relacionarse con Dios de una manera simple, descubriendo a Jesús, admirando su obra creadora, iniciándolos en la oración personal y comunitaria.
A través del juego, la música, trabajos gráficos y plásticos, los niños van experimentando la dimensión trascendente de su vida. Promovemos la capacidad de asombro, la contemplación de lo cotidiano y de la naturaleza.
Otro pilar importante es la educación de la interioridad:
Aprender a mirar dentro para ser y crecer es una competencia espiritual, apostamos a una educación integral en la que está presente la interioridad como dimensión constitutiva del ser humano y como una pieza clave de la experiencia cristiana.
Revalorizamos lo sencillo, la importancia de las relaciones cotidianas, aprendemos a mirar desde nuestros afectos y a crear lazos con los compañeros.
En esta etapa del niño cobra relevancia el descubrimiento de su propio mundo y el que lo rodea, la maravilla y la capacidad de asombro y su constante búsqueda de respuestas. Para potenciar estas capacidades y descubrir en ese proceso la dimensión trascendente, el espacio de catequesis se inicia desde los 2 años.
Vivimos un ambiente evangelizador a la manera de Jesucristo, donde la ternura y la preocupación por el otro son pilares tanto del trabajo de todos nuestros educadores como de las relaciones entre los niños.
Proponemos paseos, campamentos, celebraciones, actividades solidarias, encuentros y vivencias con padres, instancias que nos permiten experimentar la presencia de Dios en la alegría del encuentro y la contemplación de la naturaleza.